Para definir con una palabra que implica ser docente, el término que más se acerca es el de “estar”: estar para poder acompañar, para ayudar, para poner límites, para guiar, para dar afecto, para orientar y para responsabilizar. En definitiva, estar para generar un clima relacional positivo en el que el alumno pueda crecer intelectual y emocionalmente de una manera satisfactoria.
El coaching acompaña a los docentes, directivos y tutores a potenciar su propio crecimiento, los acompaña a generar un nuevo pensamiento y desarrollar sus propias habilidades. Es un camino de aprendizaje, crecimiento y transformación. La imagen no será entonces la del maestro que enseña sino aquel que ayuda a descubrir. No es aquel guía que sabe el camino, sino el que ayuda al otro a encontrar su propio camino. El docente-coach es un facilitador de aprendizajes, aquel que pone al que aprende en el centro y lo hace responsable de su propio proceso.
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